Ya lo has vuelto hacer. Enamorarme, como cada mañana. Lo has vuelto a hacer, me has dejado colgando de tu mirada de valiente. Fingida. Esa que finges cada mañana. Esa que dice que puedes con el mundo y con más, cuando en realidad no sabes por dónde empezar, como yo. Me has vuelto a dejar sin respiración al pasar, mis electrones se han ido con tu carga positiva. Me has vuelto a seducir con tu inocente corazón, que es el que menos entiende de todo esto. Has vuelto a caer justo aquí. En la puerta de enfrente, llamando al timbre de mi corazón.
viernes, 27 de abril de 2012
martes, 24 de abril de 2012
A veces también escribo poesía
Hoy, como cuando llueve, me acuerdo de ti.
Me acuerdo de cada mañana y cada tarde y cada noche sin
fin.
Me acuerdo de cada palabra no dicha, de cada mirada no
dada.
De cada vez que consumíamos el tiempo en el césped y el
tiempo nos consumía a nosotros.
Me acuerdo de abril, de mayo, septiembre... de agosto.
Perdida en tus ojos.
Perdida en mis sueños y enredada en los tuyos.
Hambrienta de un amor que va dando sus frutos.
Salvaje. Contigo, sola en el mundo.
En un año sabático de amor,
donde uno y uno no son dos,
son solo uno, son nuestro único corazón.
Y me acuerdo también de tu sonrisa mientras mirabas como
escribía.
O mientras inventabas canciones con tus mágicos acordes y
melodías.
Entonces era yo la que sonreía.
Te sonreía a ti, al mundo y a mí misma.
Y ahora le sonrío a mis recuerdos que son lo único que
persiste.
Persiste al frío del enero que entre nosotros tú pusiste.
Y hoy, como cuando llueve, y como cuando no, me acuerdo
de ti.
jueves, 12 de abril de 2012
Dormimos en Siberia
Estaba sentada en el banco del parque, ese en el que solíamos charlar de todo y de nada, ¿recuerdas? Sí, sé que lo recuerdas. Como todos y cada uno de los momentos que pasamos juntos, y que seguimos pasando, aunque no de la misma manera. Sé que aún eres capaz de recordar esas miradas tímidas que se cruzaban sin querer cuando nadie nos miraba. Sé que recuerdas como chateábamos hasta altas horas de la madrugada hablando de lo estúpido que es el mundo. Como nos fumábamos el tiempo en el césped las tardes de verano. Sé que recuerdas que roja me ponía cuando llegaba con mis elegantes vestidos y me decías lo guapa que estaba. Como me mordía el labio inferior o suspiraba, mirando a la nada; lo que no sabes es que era de tanto pensar en ti. Sé que recuerdas nuestro primer beso, nuestra primera caricia o nuestro primer perdón. Y yo. Yo también, yo también lo recuerdo todo, absolutamente todo. Todo esto y mucho más de lo que puedas imaginar y recordar. ¿Qué ha pasado, entonces? ¿Por qué debemos limitarnos a solo recordarlo, todo esto? ¿Por qué no somos capaces de seguir viviéndolo? Me han contado que el frío llega a todas partes, pero creía haber abrigado bien nuestros corazones... Y si el frío ha llegado... ¿qué es lo que debemos hacer para derretir este hielo entre nosotros?
domingo, 8 de abril de 2012
This is your song
Y a ver cómo os cuento esto, porque esto que os quiero contar es algo que no sé escribir. Algo que después de darle muchas vueltas he llegado a la conclusión de que, tal vez, no sepa escribir porque no existe manera de escribirlo. Esto es algo de formato indefinido por lo que se refiere a modo de expresión. Esto es amor. Es sentimiento y esas cosas cursis de las que os voy hablando de vez en cuando... Es escribir cada coma por una razón, cada palabra por un latido del corazón y cada punto por una lágrima más. Es leer, poemas ñoños a veces y textos absurdos otras. Es reírse del mundo, empezando por mí. Es jugar a cartas tumbada en la toalla en el césped de la piscina. Es cantar aún estando afónica, como siempre. Es bailar, con tacones o descalza, da igual. Es escribirte una canción, una canción para ti, es escribir tu canción. Es hacerlo todo, hacerlo todo como si fuera para ti, es hacerlo todo para y por ti.
Punto de apoyo
Tener un punto de apoyo. Todos lo tenemos. Unos lo saben mucho, otros lo saben menos. Unos lo ignoran y otros lo desconocen. Otros de los otros, en cambio, son conscientes de que existe y quizás, en mi opinión, es peor. ¿Por qué? Es sencillo, por lo menos para mí, porque es lo que me pasa. Al ser consciente de tu punto de apoyo, de la razón por la que te levantas todas las mañanas, vives con el miedo de despertar un día sabiendo que ese "punto" ya no existe o, simplemente, que nunca estará a tu alcance. Vives asustada. Dejas de vivir. Entras en un estado de tránsito mental, o mejor dicho, en el corazón. El corazón manda órdenes al cerebro que le impiden pensar. Y ahí es cuando empieza la cadena, no piensas, no sientes, pierdes el rumbo y no ves motivos para despertar y levantarte cada mañana. No entiendes que después de un día tenga que venir el siguiente, y así sucesivamente... Vas cayendo en un profundo no sé qué de no sé qué del que quieres salir sin saber cómo. Y acabas escribiendo cosas, que te ayudan a no aclarar nada, pero que esperas que al final aclaren algo y te ayuden a reencontrar un punto de apoyo.
jueves, 5 de abril de 2012
Caer está permitido, levantarse es obligatorio
Desde el principio sabías lo que querías. No mientas más. Yo solo era parte de tu juego, me utilizabas para tus sucios engaños. Y, escucha, no eres la primera. Mucha gente lo ha intentado a lo largo de su vida y, para que mentir, muchos lo han conseguido. Muchos me han derrumbado, muchos me han hecho caer muy abajo. Pero, ¿sabes qué? Aquí estoy. ¿Y sabes que significa eso, no? Que me he levantado cada vez. Que por mucho caer, siempre vuelvo a estar aquí, escribiendo cosas absurdas que no sé si alguien lee. Y con esto me sobra y me basta, porque mientras siga pudiendo escribir, seguiré siendo yo, y mientras siga siendo yo, todo está bien.
lunes, 2 de abril de 2012
Veni, vini, vinci
Vencí el miedo que me daban las calles de la locura. Alcancé la velocidad necesaria y me impulsé a los misterios de Roma. Llegué a sus entrañas, ardientes de cariño, y luego, de nostalgia. Me comí sus calles, sus fuentes y sus secretos más profundos. Amé cada parte de su ser, viajando sin saber dónde me llevaban los pies. Y entonces llegué a la fuente, a esa fuente. La fuente de los deseos en silencio, de las monedas parlantes, de los secretos sumergidos. Lancé mi moneda sin pensarlo y deseé volar, soñar, reír, amar, llorar, sentir, vivir... Eternamente joven.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)