viernes, 23 de marzo de 2012

Noches en ningún lugar

Y coge el avión destino a ningún lugar, dispuesta a viajar para encontrar respuestas a tanta pregunta. Se sienta en su estrecho pero cómodo asiento y mira por la diminuta ventanilla, similar a la que abre todas las noches sus sueños. Ve las nubes, allá, cercanas y lejanas a la vez. Cercanas porque las compara con todas las veces que las ha visto desde ahí abajo. Lejanas porque es incapaz de alcanzarlas. Como su verdadero sueño, como el que le ha llevado a emprender este mismo viaje. Este mismo viaje, lejano y cercano a la vez. Sabe que está más cerca que nunca de conseguirlo pero sabe que existe también una distancia abismal. Una distancia abismal con esencias de miedo. Una distancia que a veces se reduce y provoca sonrisas tontas y caras rojas. Una distancia que pretende acortar con este viaje. Este viaje de noches en ningún lugar...



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